Las compañías eléctricas en tiempos de crisis tienen un gran trabajo.
Sus técnicos deben inspeccionar cientos de miles de contadores por el riesgo de que se encuentren “puenteados”.
Puede ser porque unos okupas han usurpado una vivienda vacía, puede ser que alguna familia no tenga dinero para pagar la factura de la luz, o puede ser porque unos caraduras quieren tener luz gratis.
Sea como fuera, defraudar luz a una empresa eléctrica es un delito penal, y en tiempos de crisis sanitarias o económicas, estos procesos se agudizan en los juzgados penales.
Del mismo modo, no solo se puede defraudar luz, sino también gas, agua, telecomunicaciones, etc…