La libertad es un gran derecho que tenemos todos los españoles.
Libertad de pensamiento, libertad de movimientos, libertad de expresión.
A muchos, se les llena la boca de repetir cuales son sus derechos, pero omiten o callan cuáles son sus obligaciones, pues parece que no tienen ninguna.
Con el nacimiento de internet y de las redes sociales como facebook, instagram o el sistema de mensajería whatsapp, la libertad de expersión cobra una nueva dimensión.
Y lo hace por el supuesto «anonimato» que muchos piensan tienen al estar navegando por la red en modo oculto y haciendo uso de sus derechos como la libertad de expresión, que para ellos, no es otra cosa que insultar, difamar, agredir verbalmente, menospreciar, vilipendiar y muchas veces destrozar a su objetivo.
Un abogado experto en delitos en redes sociales sabe distinguir perfectamente cuando se ha pasado la línea de la libertad de expresión para entrar en el insulto, en las injurias o en las calumnias.
El derecho de uno termina cuando empieza el derecho de otro.
Esta es y será la eterna disputa entre dos derechos fundamentales, la libertad de expresión y el derecho al honor, la intimidad y la propia imagen.
Uno puede expresar sus opiniones, ideas y pensamientos y colgarlas en internet, en sus redes sociales en su estado de whatsapp, pero con unos límites. No todo vale.
No todo vale y hay que hacérselo saber.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
Las redes sociales son un caldo de cultivo para cometer delitos.
Amparados por un ficticio anonimato, muchos cobardes y desalmados dan rienda suelta a su «libertad de expresión» para insultar, difamar, y agredir a la dignidad y el honor de otros.